domenica 2 novembre 2014

Pasiones.

Nunca lo hice, pero esta vez necesito dedicar este post (simple, es domingo) a una Amiga que esta semana ha probado una sensación aun peor de la mía cuando supe de mi enfermedad. Ambos incapaces de aceptar la realidad, nos parecía imposible que pudiera pasar justo a nosotros. Querida Cristina, el aceptar llega de forma natural en las personas fuerte, así que tú llegaras. Espero de hacerte sonreír, hablando de personas que conoces muy bien. Además los tortelli siempre te han gustado, si somos Amigos…..
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Burlón el destino…
De niño quería hacer el cantante y menos mal que el destino fue adverso. Os lo podéis imaginar el comunicador cantante? Sinceramente yo no. Ya distorsiona las palabras en inglés omitiendo en el dialecto de Mantua.
Más o menos empecé a tocar la guitarra cuando iba al bachiller, cómplice un compañero del cole de mi hermano (compañero en todo, pero la música iba más allá de las fronteras socio-política). Querido Paolo, si lo hubiese sabido no te iba estresar tanto con la bemol tampoco con el do diesis y menos me hubiese destrozado las yemas de los dedos porque los callos tardan en aparecer, vaya si tardan!
Pero cuanta satisfacción, cuando aprendimos los acordes de las “canzone del sole” de Lucio nacional hinchábamos los huevos a la familia entera, siempre estábamos tocando la canción, nos sentimos los dueños del instrumento, de la música, del mundo. Todo el universo giraba alrededor de aquellas cuatros notas, repetidas hasta el infinito para declamar aquella maravillosa poesía que cada uno de nosotros sentía suya.
Y James Taylor, todos nos encontrábamos amigos. Y Harvest de Neil Young? Cada canción del álbum a memoria, el más eficaz curso de inglés de la historia. Anda que Babbel o como diablo se llama. Pero el preferido siempre era el pobre John Denver, con aquel country old style que en Italia se comparaba con la música de salón de Raul Casadei. Pero me gustaba, y mucho. Cuando me entere por radio (internet tardo treinta años en llegar) de su muerte me escondí en mi bohardilla a llorar como un niño por una entera tarde.
Llego después el tiempo de las “schitarrate”, como las llamamos yo y dos personajes que conocéis, los gemelos distintos. Marco y Nicola compartían una guitarra por lo tanto muy raramente nos encontrábamos todos juntos. Cantábamos, cada uno fijando sus cuerdas de su proprio instrumento, más por la vergüenza que por otra cosa, ya que las canciones ya se sabían de memoria.
Recuerdo los aprendimos los acordes de “wish you were here” de los Pink Floyd. Volábamos y muy poco importaba si nos equivocábamos y había desafinación. En nuestra cabeza David Gilmour no podía con nosotros…
Los gemelos eran artísticamente muy especiales. Cogían cualquier foto en blanco y negro y la reproducían perfectamente con el lápiz. Lo más increíble es que diseñaban en pareja, en el sentido que empezaban y terminaban junto al mismo tiempo, pero uno por la izquierda y el otro por la derecha para juntarse en el centro.
Recuerdo perfectamente un retrato de Mohammed Ali, que en aquel tiempo aún no se había convertido en musulmán y era aun Cassius Clay, con las gotas de sudor que aparecían apoyadas sobre la misma hoja de papel. Una calidad increíble, desaprovechadas. Un tonto es director de un banco mientras el otro tortello hace de asesor fiscal.
Mi disgusto más grande no es por lo mal que han aprovechado sus talentos, sino en el hecho de que ningunos de los dos están en Facebook así que no tengo la posibilidad de reñirles directamente publicando este post…. Espero que los amigos en común les hagan llegar mis pensamientos al tonto y al tortello.
A lo peor, la próxima vez que vendrán a verme, más de un “maruch” no me podrán hacer.
La suerte de ser “diferentemente afortunados”, verdad Cri?

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