sabato 27 luglio 2013

Comunicar.

Comunicar.  
Desde que me hicieron la traqueotomía, que no es muy bonito de decir y mucho peor de vivir, pero necesario para sobrevivir, me encontré mudo. Desde hace un año, me comprendía solo Aiste, en practica hacia como un agente secreto, me leía los labios, para el asombro de los espectadores. La falta de aliento me hacia letárgico, apático, resumiendo en una palabra un poquito… “capullo”. Normalmente, cuando os encontráis afónicos, os ayudáis con las manos, gesticulando os hacéis entender. Lo habría hecho con mucho gusto, cuando estaba saludable lo hacía sin darme cuenta. Mover un dedo era imposible. Tenía el aliento pero ero mudo. Siempre me dijeron que tenía los ojos preciosos. Pero nunca pensé que un día me habría salvado la vida. Sí, porque para mí comunicar es vivir. Os hablo con los ojos, no es una metáfora, es la verdad. Para escribir uso un ordenador que tiene un puntero ocular. Esto significa que tiene una videocámara en dirección de mis ojos, con la cual muevo un puntito rojo encima de las letras del teclado aquí, en la pantalla delante de mí. Necesite tiempo y sacrificios para aprender el funcionamiento (no tenía nada que hacer, no ha sido tan difícil encontrar un “hueco” en mi agenda) pero ahora estoy satisfecho de la velocidad que he logrado. Y no solo escribo, sino que a un lado tengo un portátil sencillo gracias al cual, con un simple programa de interfaz, puedo conectarme a internet, contestar a los sms que llegan a mi móvil, chequear mis correos…. En definitiva, sentirme vivo. Chantal Borgonovo, la esposa de Stefano, que usaba el mismo sistema de comunicación que tengo yo, ha declarado que Ste no tenía miedo de la muerte, sino que la “cabrona” le quitara la vista. Nunca estuve tan de acuerdo con una persona. R.I.P

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